En los últimos años, se ha incrementado la prevalencia de heridas cutáneas agudas y crónicas que presentan problemas de cicatrización. Cirugías, laceraciones accidentales, infecciones, quemaduras, úlceras por presión, venosas o diabéticas son algunas de las principales causas de este aumento de heridas agudas.

La cicatrización de la piel es un proceso complejo, condicionado por el tipo de piel, la edad, la zona del cuerpo y por la genética. Pero siempre que las cicatrices sean recientes será más fácil su total reparación. La piel hidratada conserva sus características de elasticidad y se recupera mejor, aunque la piel tarda de 6 a 12 meses en recuperarse por completo de cualquier traumatismo, ya sea una herida por abrasión, un roce, o una incisión. Aplicar emolientes adecuados en la zona dañada ayudará a renovar la piel, y a conseguir que la cicatriz sea poco visible.

Los factores de crecimiento son proteínas naturales que estimulan el crecimiento celular, la proliferación y la diferenciación. Consiguen mantener la estructura de la piel sana, median entre la epidermis y las células dérmicas, a través de receptores específicos en la superficie de la célula diana. El colágeno es una de las principales proteínas estructurales, ya que supone alrededor del 90% de las proteínas de la piel y proporciona soporte a las células y a los tejidos. El factor de crecimiento posee muchas de estas propiedades. Ayudando a renovar los tejidos y aporta sopporte a las células, y la expresión de Colágeno y Fibronectina, se ve estimulada a las 48 horas de tratamiento. De esta forma será más facil hacer desaparecer una cicatris o que llegue a ser casi imperceptible a la vista.

La cicatrización de las heridas tratadas con estas terapias regenerativas, se ha observado una aceleración estadísticamente significativa, en aquellas heridas que fueron infiltradas con plasma rico en factores de crecimiento.