La radiofrecuencia es un procedimiento conocido desde hace más de 70 años en cirugía que en la actualidad ha ampliado su uso en el campo de la medicina estética. Es una técnica basada en el uso de corrientes alternas de alta frecuencia y efecto localizado.
La gran ventaja es que se trata de una técnica no invasiva (no ablativa), que no necesita incisiones ni periodo de recuperación (ya que respeta la epidermis, con mínimo enrojecimiento de la piel, sin dañar su capa externa). Permite continuar con una vida social normal inmediatamente después del tratamiento, e incluso no está contraindicado tomar el sol, siempre que sea con una protección adecuada.
Se puede aplicar tanto a nivel facial (incluyendo región periocular) como corporal (cuello, escote, cara interna de brazos y muslos, abdomen, nalgas, cuero cabelludo…). Puede combinarse con otras técnicas como peelings químicos, IPL (Luz Pulsada Intensa), rellenos, botox…, que deben ser realizados en diferentes tiempos y con una secuencia programada para conseguir un rejuvenecimiento facial integral.
El procedimiento es bien tolerado y no precisa anestesia, ya que sólo se siente calor y, sólo las personas con celulitis muy dolorosas, pueden llegar a sentir un poco de dolor a la fricción del cabezal en ciertas zonas.
Se puede combinar el tratamiento con otros principios activos, según el diagnóstico previo y las necesidades de la piel de cada paciente. Está contraindicado en embarazadas y pacientes alérgicos a vitaminas.